Sunday, June 12, 2011

El fin antes del fin, la ciudad que nunca duerme: Las Vegas baby!

Amigas, amigos, familia, fans incondicionales:

Todo lo bueno llega a su fin y muchas veces antes de lo que uno quiere, pero qué mejor manera que terminar este fantástico viaje en la ciudad de los pecadores. Bienvenidos a Sin city, Las Vegas, Nevada.


Dejar San Francisco con 17 grados de máxima y llegar a Las Vegas con 37 no tiene precio. Lo que sucede es que de día no se puede hacer mucho, porque el calor es realmente sofocante, así que obviamente la cosa va de noches y de neones en su mayor parte. Pasen y vean.




Salimos del hostal y llegamos al principio de Las Vegas Boulevard, mejor conocido como el “strip” y empezamos a recorrer un casino tras el otro.
El Circus Circus…

El Treasure Island…

Todos los hoteles tienen su casino y alguna que otra atracción y/o función que los destaque de los demás.
En tema casinos, todos son bastante conocidos y si te pones a jugar te traen copas gratis. Se puede fumar en el interior, traer bebidas de fuera, vestir como te dé la gana… Las Vegas es el futuro (o lamentablemente más bien el pasado...)!
La principal atracción del Treasure Island es una función inspirada en una historia de piratas y sirenas. Gratis y de buen ver.

Seguimos y llegamos al Mirage, con el Venetian a su izquierda.

El Caesars Palace, uno de los más grandes y espectaculares, donde fuimos de fiesta y mucho más, ya veréis…

Seguimos caminando y pasamos de Venecia a Paris, más tarde llegaremos a Nueva York…

Locura de casino…

Pero tarde o temprano la noche se acaba y amanece con sol y mucho mucho calor. El hostal da fe de que estamos en medio del desierto. Muy al estilo motel de carretera, perfecto!

Lo bueno es que si decides darte una vuelta, en cuanto te metes en el interior todo está climatizado, incluso este parque de atracciones bajo una enorme cúpula.


¿Por qué los americanos están tan gordos? ¿Quizás porque comen palomitas con doble de queso y jalapeños?

Las Vegas es el lugar de lo ostentoso por excelencia. Desde flamingos en un jardín botánico…

…hasta leones en un casino.

Aquí el famoso Excalibur.

…y en frente el New York New York.

Nosotros en el hostal no tenemos casinos de ese calibre, pero sí tenemos la capilla en la que supuestamente se casó Michael Jordan jaja.

Y como no tenemos piscina propia, qué mejor que colarnos en la mejor de todas, la del Caesars Palace. Esto si que no tiene precio.




La última noche nos juntamos todos y nos vamos de ruta de casinos. Entre ellos el fabuloso Venetian, donde incluso te puedes pegar un pequeño paseo en góndola…

Y disfrutamos de los diferentes espectáculos, como el volcán del Mirage…

… o las famosas fuentes del Bellagio.

Para terminar, qué mejor que hacerlo en familia. Me siento tan afortunado de haber vivido todos estos momentos y haber conocido a toda esta gente que aún tardaré un tiempo en digerirlo todo.

La próxima vez que actualice esto ya estaré en casa. Han sido casi 5 meses de experiencies inolvidables, de las cuales no me arrepiento de ninguna. Siento no poner más entusiasmo en este post, pero es que simplemente estoy destrozado. Las Vegas nunca duerme y llevo unas ojeras hasta los tobillos. Pero valió la pena, oh si, realmente valió la pena... :)
Por el momento, adiós desde Las Vegas y hola Barcelona!
Un abrazo y besos a todos!
M

Friday, June 10, 2011

Last stop in California: beautiful San Francisco!

Ültima parada en California: San Francisco!
Tras Los Ángeles y San Diego tocaba la ciudad en la que más esperanzas había depositado, San Francisco y la verdad es que no me decepcionó en absoluto. La ciudad en sí es tremendamente bonita y si a ello le añadimos que cuenta con una perfecta mezcla ecléctica de culturas (urbanas o no), buena comida y gente de lo más variopinta puedo afirmar que SF se ha convertido en una de mis nuevas ciudades favoritas de EEUU.
Tras un vuelo algo accidentado por los retrasos llegamos finalmente a las proximidades de esta fantástica isla comunicada por la famosa Golden Gate Bridge y la Bay Bridge (en la foto).


Check-in en en hostal y primer contacto con downtown, dominado en su parte norte por Chinatown, turística, pero aún lo suficientemente acogedora. Buena comida y barata, viva Asia!


Al día siguiente toca pasear por las proximidades del centro de la ciudad, explorar museos y demás. Te levantas con la idea de ir al museo de arte moderno y acabas en medio de una celebración judía en los parques de Yerba Buena. Shalom!

Bueno, algunos no lo veían con tan buenos ojos. A la derecha manifestantes anti-Israel, a la izquierda y bien protegidos por la barrera y la policía, los activistas sionistas.

La verdad es que a los judíos no les cuesta mucho sacar pecho y sin duda Israel es la palabra mágica. Si no, mirad este anuncio de la aerolínea El Al. El eslógan es demoledor jeje.

Salimos de Israel y seguimos caminando hacia el puerto, donde nos encontramos con el imponente Ferry Building.

Y vemos, esta vez más de cerca, la Bay Bridge, siempre en la sombra de la Golden Gate, la joya de la corona.

No sé bien bien si siguen llegando los cruceros a esta parte del puerto, pero lo hicieron en el pasado, de ahí las letras que indican a donde hemos llegado, con el skyline de fondo, una foto realmente bonita.

Nos volvemos a adentrar en downtown y hacemos parada en el que oficialmente es el edificio más feo de la ciudad. Lo llaman la pirámide o algo así.

San Franscisco siempre ha sido una de las ciudades bastión de todo tipo de movimientos políticos, culturales, urbanos, etc. Aquí fueron muy fuertes el movimiento hippy, los activistas gays (recordad la película “Milk”) y mucho más. Entre ellos, se forjó la generación beat, cuyos autores más destacados fueron Allen Ginsberg, Jack Kerouac o William S. Burroughs. Todos ellos pasaban muchas de sus horas en esta fabulosa librería, que además publicó la mayoría de sus obras.

Nos encontramos en el barrio italiano, imposible no darse cuenta.

Como muchos sabréis, en San Francisco la cosa va de subidas y bajadas. Muchas de ellas son realmente empinadas, prueba de ello la siguiente foto…

Y cuando miras el mapa dices, ah pero si solo son 4 manzanas, puedo caminar en vez de gastarme la pasta en el autobús. Luego todo turista se da cuenta de que solamente los mapas son planos y que 4 manzanas aquí pueden ser una eternidad.

Y chino chano hemos ido caminando por toda la parte norte de la ciudad hasta llegar a Fisherman’s Wharf, la zona portuaria turística por excelencia.

Y hacemos un primer contacto visual con otra de las atracciones principales de San Francisco, la isla de Alcatraz.

Aquí el submarino USS Sausalito, vieja gloria de batallas pasadas.

Y en el embarcadero 39, uno de los puntos de más aglomeración del puerto, gracias a una permanente colonia de leones marinos, que tienen una vida durísima y se pasan el día trabajando…

Me declaro oficialmente fan incondicional de las ciudades con tranvía. San Francisco ha ido coleccionando tranvías de todas las partes del mundo y sus coloridos y muy bien conservados coches chirrian por sus calles.

Los interiores te lanzan 40 años atras en el tiempo.

Tras un día completito volvemos a donde empezamos, Union Square, aquí vista desde las alturas del centro comercial Macy’s.

Y te tomas un café y te das cuenta de quién eres…

Al día siguiente, me reuno finalmente con mi amiga Olivia, que vive muy cerca de Japantown.

Donde nos reencontramos con viejos conocidos…

Hoy toca explorar otra de las zonas que hicieron historia en SF, la en sus días infame calle de Haight, anteriormente el lugar perfecto para encontrar todo tipo de problemas si uno quería…

Más adelante, nos adentramos en el parque y buscamos la tranquilidad y el silencio dentro de la ciudad.

Y una vez más nos reencontramos con viejos conocidos… (?!?!?!)

Y más conocidos fuera de lugar…

Y de camino a casa, todo vale, el postre antes de la cena. ¿Estamos de vacaciones no?

Amanece y las nubes se van. Día perfecto para ir a ver a la dama que más da que hablar en esta ciudad. Realmente es tan bonita y espectacular como dicen…

Pero antes pasamos por el Palace of Fine Arts, construido en 1915 para la exposición universal, y nos olvidamos de que estamos en EEUU…


Y nos olvidamos también de la edad que tenemos y nos salen fotos como esta.

Poco a poco Olivia se convierte en mi fotógrafa personal y bien que lo vale. Esta foto vale millones!

Nos morimos de hambre y llegamos al barrio de Mission, el asentamiento mexicano de SF, donde disfruto de uno de los mejores burritos que he comido en mi vida. Tras la comida, toca descansar y hacer una mini siesta en el popular Dolores Park.



Y se va haciendo tarde, pero antes de ir a casa pasamos por otro punto inconfundible de la ciudad, el Alamo Park, uno de los lugares clásicos para hacer la foto de rigor.

Gracias al montículo que forma el parque puedes hacer esta foto, con las famosas “painted ladies” al frente y la fantástica skyline al fondo.

Mi fotógrafa personal me sorprende ultra mega concentrado (o quizás solo haciendome el interesado) en el arte urbano de San Francisco.


Al día siguiente, nueva misión. No podía irme de SF sin pasar por este trozo de tierra que ha dado tanto que hablar en el pasado. La Roca o la isla de Alcatraz. Primero fortificación militar en las acaballas del siglo XIX, en los años 30 se convirtió una prisión de alta seguridad, la única que contaba con agua caliente en las duchas, un mecanismo que perseguía el fin de desacostumbrar a los reclusos al agua fría y así complicar los planes de escapada que inevitablemente pasarían por las aguas gélidas que rodean la isla.


Vista del interior de uno de los pasillos de la prisión.

Celdas minúsculas y no muy acogedoras, lógico…

Uno de los prisioneros más famosos de Alcatraz fue esta perla. ¿Se puede tener más cara de criminal? Jaja yo creo que no.

Desde la isla se tiene una vista inmejorable de la ciudad, una auténtica tortura para los reclusos de la cárcel. Tan cerca, pero a la vez tan lejos.

Dejamos Alcatraz y volvemos al puerto, donde no puedo evitar hacerles otra visita a los leones marinos… espectacular.

Y a la vuelta volvemos a jugar a ser el turista perfecto y nos permitimos un viaje en los archifamosos tranvías que suben y bajan las colinas desde el puerto al centro de la ciudad.

Cuando llegan al final de su recorrido los operadores realizan el cambio de dirección de forma manual, como en los viejos tiempos.

Y la verdad es que el viaje vale la pena. Sienta muy bien…

Y hemos llegado al final de mi experiencia californiana. Se hace de noche y toca volver a hacer las maletas para la que será mi última parada antes de volver a mi querida Barcelona: Las Vegas.

Pronto os cuento más desde el medio del desierto!
Hasta entonces muchos besos y hasta muy muy pronto!
M